miércoles, 26 de enero de 2011

LOS HIJOS COMO BENDICIÓN DE DIOS


Bendiciones hay muchas, la luz es una bendición, el agua es otra, la amistad es una más, la comida, el aire, la vida, el encanto, los colores y los sabores, las flores y los niños. Nuestros niños son bendiciones del Señor.

A veces por lo que ellos hacen no vemos a los hijos como bendiciones pero lo son.

Ilustraremos esto a través de esta breve historia, uno de nuestros amigos, llamado David, tiene dos hijos pequeños de cinco y siete años. Un día, enseñaba a su hijo de siete años como pasar la máquina de cortar el césped al jardín de la casa cuando su esposa Jan lo llamó para hacerle una pregunta. Mientras David dió vuelta para contestarle, el hijo empujó la máquina a través del macizo de flores, y dejó marcado un sendero de más de medio metro de ancho. Cuando David se volvió y vio lo que había sucedido, empezó a perder el control, pues había dedicado mucho tiempo y esfuerzo para lograr que esos canteros de flores fueran la envidia del vecindario. Entonces empezó a levantar la voz al niño, su esposa se acercó de inmediato, colocó la mano en su hombro y le dijo: “David, recuerda por favor, criamos niños, no flores”. La esposa le hizo recordar a David cuán importante es recordar nuestras prioridades.

Los niños y su autoestima son más importantes que cualquier objeto que pudieran romper o destruir. El vidrio de la ventana que rompió una pelota de fútbol, la lámpara que derribó un niño descuidado o el plato que cayó en la cocina ya están rotos. Las flores ya murieron. Hoy debemos recordar no aumentar la destrucción quebrantando el espíritu del niño y reprimiendo su energía y vigor. Porque los niños son bendiciones del Señor.

Cuando sonríe un niño es como si el cielo sonriera. Cuando llora un niño es como el cielo llorara.

Este es un buen día para volver a disfrutar de las bendiciones del Señor y esas bendiciones no tengo que buscarlas lejos de mi hogar, esas bendiciones corren, gritan, rompen vidrios y quiebran platos, son bendiciones con la cara sucia y el pelo desgreñado. Son bendiciones del Señor y hoy quiero gozarme en esas bendiciones increíbles y llenas de vigor.

Gracias Señor por tus bendiciones. Se que a veces no he visto a mis niños como bendiciones pero en este día no solo quiero verlos como bendiciones sino que quiero disfrutar de esas bendiciones que tienen un precio muy grande. Gracias Señor por ellos. Amén.

Dr. Serafín Contreras Galeano.
www.serafincontreras.com

miércoles, 5 de enero de 2011

EL TIEMPO Y LA FELICIDAD

El saber popular y algunos proverbios bíblicos afirman que existen al menos cuatro cosas que no se pueden recuperar:
  • una piedra luego de ser echada al mar
  • una palabra luego de ser dicha
  • una oportunidad perdida
  • EL TIEMPO desaprovechado


Muchas veces no somos conscientes de lo que tenemos hasta que lo perdemos. No valoramos al que esta a nuestro lado, porque siempre estuvo ahí, y lo sigue estando. No reconocemos los gestos de otros porque nos creemos merecedores de ellos o porque nos acostumbramos a recibirlos con tanta habitualidad que ya ni los registramos. No le decimos a los que amamos que los amamos porque presuponemos que ya lo saben, no nos sinceramos con nuestros afectos por temor a perderlos, por no ofenderlos, porque ya se dará la oportunidad de hablar al respecto.
El TIEMPO pasa, y lo dejamos pasar, y pensamos que hoy es temprano, pero quizá mañana sea tarde. Los afanes de este mundo, y las vicisitudes del cotidiano vivir nos hacen esclavos del tiempo. Sin embargo, somos hijos de Dios y participantes de su naturaleza, un Dios que tiene como marco la Eternidad. Como dice el libro de Eclesiastes "todo tiene su tiempo y todo lo que se quiere debajo del sol tiene su hora". Tenemos que aprender a esperar "los tiempos de Dios", pero también aprender a aprovechar el tiempo que Dios nos da tomándonos el tiempo para decir, para reflexionar, para reconocer, para amar, para abrazar, para conversar, para admirar y para vivir y disfrutar las cosas hermosas que el Señor nos ha dado en esta vida.
TOMARNOS EL TIEMPO, CONSTRUIR ESPACIOS PARA EXPRESAR LO QUE SENTIMOS ES PARTE DE LA FELICIDAD QUE TANTO BUSCAMOS, APRENDAMOS A SER FELICES VALORANDO LAS PEQUEÑAS COSAS DE CADA DÍA Y SEAMOS AGRADECIDOS. EL AGRADECIMIENTO GRATIFICA EL ESPÍRITU Y ENNOBLECE LOS SENTIMIENTOS. Y TODO ESTO ENRIQUECE LA CONSTRUCCIÓN Y FORTALECIMIENTO DE VÍNCULOS SANOS.
JESUCRISTO TE BENDIGA .